miércoles, 27 de abril de 2011

Capítulo X: La magia interior

-       Más vale que me des el libro o tus dragones acabaran muertos. -
Dijo Malas Pintas amenazando a la chica.

-       Vale, te daré el libro, pero tú ve preparando a los dragones.
-       Contestó Alima, desafiante.

Entonces,  mientras el mago Malas Pintas se fue a buscar a los dragones, Alima se acercó a los arbustos a por el libro, que lo tenía Nestor,  lo cogió y se acercó otra vez a la gran puerta del castillo a esperar que el mago saliera.

No pasó mucho tiempo cuando Malas Pintas salió del castillo,  los dos se acercaron muy cautelosos e hicieron el cambio.  Alima le dio el libro mientras que, al mismo tiempo, Malas Pintas le daba los dragones.

Cuando hicieron el cambio, Nestor salió de los arbustos y se montó en su dragón rápidamente, mientras que Alima, haciendo lo mismo dijo: 

-       Ya estaba deseando volver a montarte.

Los dos chicos se fueron a la cueva, dejaron los dragones y se volvieron a sus casas.

Al día siguiente los dos madrugaron y se fueron directos a la cueva.
Mientras paseaban hacia la cueva los dos pensaron lo mismo: “debemos cambiar el escondite de los dragones, ya que allí no podían continuar, debido a que en cualquier momento podría aparecer el mago Malas Pintas pidiéndoles el libro."

         Los dos chicos se metieron en la cueva a por sus dragones y cuando salieron de allí. Sorpresa,  el mago Malas Pintas los esperaba.

-       Me habéis engañado, este libro no es el verdadero. ¡Me las vais a pagar! – Refunfuñó Malas Pintas.

En ese preciso momento, el mago lanzó una gran bola de fuego contra Alima. Néstor rápidamente reaccionó y tiró contra esa bola lo único que tenía entre manos… El verdadero libro mágico y de repente… El libro se consumió bajo las llamas de la gran bola de fuego.

Los tres se miraron incrédulos, el libro mágico había desaparecido, estaba hecho añicos, y ya no tenían nada para enfrentarse contra Malas Pintas. El mago enfadado se acercó a ellos con rabia y les gritó.

-       ¿Qué habéis hecho, inútiles? ¡Habéis roto el libro!¡Os matarééé!

Néstor se defiende del ataque de Malas Pintas
El mago lanzó con toda su energía una gran bola de fuego para acabar de una vez por todas con los chicos. La masa de fuego recortaba distancia, los chicos se intentaron proteger con las manos, pero su muerte era inevitable. De súbito la bola explotó y los niños estaban… Increíblemente estaban vivos, de sus brazos aparecieron unos escudos morados, casi   trasparentes. Los chicos no podían creer lo que estaba pasando y por fin comprendieron que la magia no estaba en el libro, sino en su interior.

Néstor, envalentonado por su nuevo descubrimiento,  creó una bola de lava, muy muy ardiente y la lanzó al mago. Malas Pintas hizo aparecer una cúpula de poder donde impactó la bola de Néstor y en seguida contraatacó con un extraño hechizo.
Un humo verde comenzó a brotar de las manos del hechicero, poco a poco esta niebla verdosa lo cubrió todo y Alima desapareció sin más…

                                          
Autora: Sara Telo Salcedo
Coautores: 3º ciclo

miércoles, 6 de abril de 2011

Capítulo IX: "El Rescate"


Alima enseguida se fue a buscar a su amigo Nestor. Lo buscó en su casa y no estaba, lo buscó en el parque, en la biblioteca, en el campo de futbol… y por más que lo buscaba no lo encontró. La chica estaba desesperada, la única opción que le quedaba era que estuviera preso en el castillo de Malas Pintas. Así que se armó de valor y escribió en el libro mágico:

<<Que aparezca una capa mágica que me haga inBisible a los ojos de las personas>>

Unos segundos después apareció una capa blanca con capucha, Alima se la puso y bajó las escaleras de su casa, sentada viendo la televisión estaba su madre, que la miró sorprendida y le dijo:

-      ¿Qué haces? ¡Ni que fuera Halloween!

Alima se sonrojó por momentos y le dijo muy sorprendida:

-      ¿Me ves?

-      Claro, hija. Qué cosas tienes. Como no te voy a ver. ¡Qué juventud! – Dijo la madre poniendo de nuevo toda su atención en la televisión.

Alima subió a su dormitorio y revisó lo que había escrito en el libro descubriendo su gran falta de ortografía.

-      Menos mal que no lo ha visto el profesor de lengua, sino…

Borró lo escrito y puso “invisible”. Sin más, apareció otra capa, se la colocó y descendió las escaleras para comprobar su funcionamiento. La chica se acercó a su madre, le hizo burlas con las manos y nada, su madre no se daba ni cuenta de lo que estaba haciendo, seguía viendo la tele como si nada.

-      Bien. – Dijo Alima. – Es hora de ir a por Néstor.

La chica se desplazó hasta el castillo de Malas Pintas. Era un edificio gigantesco, oscuro y frío. Cuando Alima se acercó notó un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo, además un olor nauseabundo lo llenaba todo.

-      ¡Buah! ¡Qué asco! No sé cómo puede vivir aquí.

Alima se deslizó por la puerta y entró en el gran castillo. Todo estaba muy sucio, las ratas corrían a sus anchas por los largos corredores. De repente un grito rompió el silencio. Sin duda era Néstor, sus gritos eran de dolor. La chica siguió los gritos agónicos de su amigo y llegó hasta una puerta que estaba sellada. Abrió la puerta y lo que vio la dejó sin respiración. Néstor se encontraba colgado de manos, mientras un pequeño demonio le azotaba con un látigo. Cada vez que el demonio lanzaba un golpe sobre su cuerpo, Néstor gritaba de dolor. La chica apartó la vista para no ver sufrir a su amigo, cogió un jarrón que había en la mesa y se acercó por detrás al demonio y … puffffff. La chica estampó en la cabeza del demonio el jarrón que había cogido, desencadenó a Néstor y le dijo:

-      Nestor, ¿Estás bien? Deprisa el mago Malas Pintas me ha tendido una trampa y ahora solo nos queda una hora para rescatar a nuestros dragones.

-      ¿Quién eres? – Dijo con voz temblorosa Néstor.

Alima reparó en su capa mágica, se la quitó y dejó ver su rostro. Entonces Néstor se relajó, pudiéndole solo dar las gracias. La chica le contó con pelos y señales todo lo que había ocurrido, Néstor calló durante un segundo y habló:

-      Alima, ¿y si ponemos en el libro: “que aparezca un libro igual que este pero que no sea mágico”? Quizá podría funcionar.

-      Buena idea, Nestor. Creo que es la única oportunidad que nos queda.

Entonces Nestor escribió en el libro.
                                  
                                  << Un libro igual que este que no sea mágico>>

En dos segundos el libro  que  Néstor y Alima estaban esperando apareció en el suelo, Néstor miró a Alima y le dijo:

-      A por nuestros dragones.

Los dos chicos se taparon con la capa mágica, salieron del castillo y Néstor se escondió tras unos árboles. La chica gritó, a vivo pulmón, el nombre del mago:

-      ¡¡¡¡¡¡Malas Pintas!!!!!

Al instante el mago apareció en la puerta del castillo, miró a la chica y dijo…






Autor: Carlos Madrigal Tebar.
Coautores: 3 ciclo.

martes, 5 de abril de 2011

Función pedagógica del blog

Justificación:

     La justificación de este blog se escribe con los hechos de los alumnos/as. Estos, tras asumir los objetivos de este proyecto, se inciaron en la lectura comprensiva y en la escritura creativa "sin esfuerzo", dos armas fundamentales para la formación de la persona.

Objetivos del proyecto:

1.- Fomentar el valor de la lectura y la escritura. (Competencia lingüística, Competencia aprender a aprender, Tratamiento de la información y competencia digital, Autonomía e iniciativa personal, Competencia cultural y y artística)
2.- Potenciar la creatividad. (Competencia Aprender a aprender, Competencia lingüística, Autonomía e iniciatica personal, Competencia Cultural y artística)
3.- Usar las reglas ortográficas, semánticas, gramaticas y literarias adecuadamente. (competencia lingüística)
4.- Construir mejores ciudadanos/as. (Competencia Social y ciudadana, conocimiento y la interacción con el mundo físico, Competencia Emocional)
5.- Explorar los rincones de la imaginación.(Aprender a Aprender, Competencia cultural y artística, Autonomía e iniciativa personal)
6.- Disfrutar con la literatura.(Competencia lingüística, Competencia Aprender a aprender, Competencia Emocional, Competencia Cultural y artística)
7.- Experimentar los valores del trabajo en grupo. (Compentencia emocional, Competencia Aprender a aprender, competencia social y ciudadana)
8.- Usar las nuevas tecnologías. (Tratamiento de la información y competencia digital)

Descripción del proyecto:

     En primer lugar me gustaría hacer una breve introducción sobre la temática de este blog. Con esta iniciativa educativa he intentado que los alumnos/as se acerquen a la lectura y a la escritura desde un punto de vista natural e intuitivo. Evitando que para ellos sea un esfuerzo el leer y el escribir, articulando esta acción como un divertimento más de su vida cotidiana.

     La idea surgió a partir de la observación del entorno de los chicos/as. Vi como las nuevas tecnologías, que inundan nuestra sociedad, estaban presentes en casi todas sus acciones; redes sociales, juegos interactivos, búsqueda de información... Reflexioné sobre la herramienta que ellos mismo me ofrecían y comenzé a buscar la forma de darle un uso a ese potencial para dar vida a una nueva forma de "aprender" donde la lectura y la escritura fuera el eje primoridial de acción y así comenzó todo.

     Los comienzos siempre son dificiles, pero en este caso no fue así. Desde el primer momento los chicos/as se volcaron con la idea de crear su propia historia. Dar vida a un personaje que ellos mismos "dominaban" los motivaba aún más y esta motivación aumentaba exponencialmente al publicarlo en internet, donde todo el mundo podía disfrutar de su propia obra.

     Pero, como era de esperar, no me detuve aquí, use esta motivación para satisfacer los objetivos que me había planteado. Cada día cuando los alumnos/as traían sus historias, las poníamos en común, ibamos viendo los errores, los usos de las comas, los puntos, la gramática, la ortografia, la expresión, la creatividad... Asimilaban cada uno de los conceptos que tratabamos de un modo natural y sin esfuerzo. Siendo esta una iniciativa sin parangón en mi carrera profesional. ¡¡¡Los chicos/as leían por placer!!!

     Por otro lado internet les brindaba la oportunidad de adquirir un feedback con personas que si quieran conocían, pero que se interesaban por sus escritos. Se sentían plenos en la escritura y esto, como era de esperar, se reflejó en la lectura de otros libros.

Conclusión:

     Con el tiempo, a diferencia de lo que pensáis, su motivación no ha descendido lo más mínimo. Es cierto que tengo que buscar otras motivaciones, como la futura publicación en papel del libro que escribimos, la interacción en redes sociales como facebook o tuenti, la participación de los padres y madres en la historia, convocatoria de carteles para publicitar la obra... Pero todo ello merece la pena, solo ver como devoran libro tras libro y piensan en el desenlace del siguiente capítulo me llena de orgullo.

Perspectivas de futuro:

     A parte de cumplir con los objetivos planteados al principio. Lo único que buscó para el futuro es que conciban la lectura y la escritura como un disfrute más en su vida cotidiana que le abra las puertas a miles de aventuras.

jueves, 31 de marzo de 2011

Capítulo VIII: ALGO EXTRAÑO...

         
-      Ya sé lo que vamos hacer. – Afirmó Néstor muy seguro de sus palabras. – Alima, Coge el libro mágico y escribe: que aparezcan dos espadas mágicas para hacer frente al gran mago…

-      ¿Al gran mago? – Preguntó la chica extrañada. – ¿Desde cuando “Malas Pintas” es un gran mago?

Néstor cambió de tema y le volvió a pedir a su amiga que escribiera en el libro, a lo que la chica con una mueca insólita, obedeció:
       
<<Dos espadas mágicas...>>

        Y unos momentos después, clavadas en el suelo, aparecieron dos espadas mágicas.

       

Alima, preocupada por la actuación de su amigo, añadió:

-      Estas armas no nos servirán de nada, Néstor.

El chico miró a los ojos de su amiga de un modo muy peculiar y le dijo:

-      Tienes razón, será mejor que le demos el libro al mago, sino matará a nuestros dragones. Y tú no quieres que mate a los dragones ¿verdad?- Dijo el niño con una voz algo más aguda de lo normal.  

-      Em...Yo... Esto… Claro que no quiero que maten a los dragones. – Respondió Alima. - ¿Néstor, te pasa algo? – Volvió a insistir.

-      No, no me pasa nada.

Alima sospechaba que algo iba mal y quería saber lo que estaba pasando. Sin duda Néstor se estaba comportando de un modo muy, pero que muy extraño.

        Néstor comenzó a convulsionarse con gestos muy extraños. De súbito, estornudó y se llevó las manos a la cabeza como si algo estuviera pasando dentro de ella. Un humo muy extraño comenzó a brotar de su cuerpo, el olor era nauseabundo. Y de repente...Apareció Malas Pintas. La niña paralizada por el pavor dijo:

-      Pero…Pero ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Néstor? ¿Qué has hecho con él? – Preguntó la niña asombrada.

-      Solo te venía a recordar que el tiempo pasa y os quedan 20 horas.

-      ¡Eso no hace falta que me lo recuerdes, yo soy mayorcita para contar y pensar las horas que me quedan! ¿Vale? Y ahora haz que vuelva Néstor. - Gritó con fuerza.

-      Vale, me ha quedado claro. Pero… ¿Has mirado tu reloj?


La niña, sorprendida, miró su reloj y vio que solo quedaba una hora para que se acabara el plazo que el mago le había dado. Alima había caído en la trampa y sin que ella se diera cuenta, Malas Pintas había hecho que estos momentos fueran como horas en el mundo real.

Sin más el mago desapareció sin que Nestor apareciera.

En la cabeza de la chica sobrevolaba una sola pregunta:

-      ¿Dónde está Nestor?


Autora: Violeta Agudo
Coautores: 3º ciclo

lunes, 21 de marzo de 2011

Capítulo VII: El Intercambio

Alima, con mucho cuidado y sin que el hechicero se diera cuenta, cambió la pegatina del libro de matemáticas por la del libro mágico. Muy lentamente la chica le entregó el libro de matemáticas a Malas Pintas.  El mago, cegado por la codicia, cogió el libro sin reparar mucho en su portada y se dirigió a su castillo. Cuando llegó a su castillo, abrió el libro, viendo que estaba lleno de sumas, restas, multiplicaciones… y muy enfadado gruñó:

- ¿Qué es esto? ¡¡¡Yo no sé matemáticas!!!

Mientras tanto Alima se ocupaba  de Néstor. El chico estaba malherido, no solo le dolía todo su cuerpo, sino que también le corroía el remordimiento de haber entregado el libro al mago. Eligiendo las palabras con cuidado le dijo a su amiga:  :  

-         Lo siento ha sido mi culpa.

-         Pero… ¿de qué hablas? – Le dijo la chica entre risas.  

-         Pues del libro. – Se confirmó en sus palabras.

-         El libro está aquí. Cambie las pegatinas de los libros sin que se diera cuenta. – Respondió Alima.

-         ¿Qué libro le has dado? – Preguntó Néstor entre grandes carcajadas.

-         Pues… el de matemáticas.

Al día siguiente Néstor y Alima  se  fueron a ver a los dos dragones. Pero cuando entraron en la cueva sus dos mascotas ya no estaban allí. Solo estaba el gran mago Malas Pintas.

-         ¿Creísteis que me ibais a engañar tan fácilmente? Pues ahora mirad. Tengo a vuestros dragones aquí.

El mago abrió su mano y dentro de ella se encontraba una pequeña bola de cristal donde los dos dragones se chocaban intentando salir de ella. En ese preciso momento Alima comenzó a reírse.

-         Ja ja. Tengo el libro mágico y puedo hacer que salgan de ahí en un periquete.

Malas Pintas no hizo nada y dejó que la chica escribiera en el libro.

<<Que salgan de la bola de cristal>>

Y tras sus palabras… Nada. Los dragones continuaban dentro de la bola de cristal y la chica, incrédula, perdió la sonrisa que había estado dibujada en su cara.

-         El libro no puede hacer nada contra mí. – Comentó el mago a los chicos que no podían creerse lo que estaba ocurriendo. – La magia no puede hacer nada en contra de la magia. Ni vosotros podéis dañarme con el libro y no yo puedo usar la magia contra él. Os doy una última oportunidad. Pensadlo bien. En 48 horas os tenéis que presentar en mi castillo y entregarme el libro, de lo contrario los dragones morirán.

Néstor se armó de valor y con tono chulesco dijo:

-         ¿Solo en 48 horas?

Malas Pintas miró desafiante al chico y le respondió:

-         Está bien, en 24 horas.

Néstor se disponía a retar de nuevo al mago, cuando Alima le pellizcó con fuerza el brazo y le dijo muy bajito:

-         Mejor cállate, guapo.

De repente el mago desapareció de la cueva, dejando a los dos chicos solos y pensativos. Alima torció la mirada y la posó en Néstor, diciéndole entre sollozos:

-         ¿Ahora qué vamos a hacer?

Autor: Stefán Calín
Coautores: 3º Ciclo

lunes, 14 de marzo de 2011

Capítulo VI: El mago "Malas Pintas"

De las rocas que estaban al fondo comenzó a brotar una luz cegadora. Nestor y Alima se asustaron, un nudo que nacía en la barriga y llegaba hasta la garganta nació en ellos. Alima se armó de valor, cogió a Néstor del brazo y avanzaron hasta la roca, pero justo antes de ver lo que había allí, Néstor se amedrentó y dijo:

-          Alima, las damas primero.

 La chica torció el gesto y añadió:

-          Los chicos sois caballeros cuando os da la gana.

Néstor se encogió de hombros y esperó que la chica se adelantase.

Con cuidado Alima se asomó a la roca y tras de ella….

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡UN GATO!!!!!!!!!!!!!!!!

La chica relajó sus tensos músculos y cogió al gatito, lo acarició y este como respuesta le arañó la cara de lado a lado, dejándole una gran herida que sangraba abundantemente.

Lo que los chicos no sabían era que ese gato era el mago “Malas Pintas”, rey de los disfraces, el más malo del mundo inmortal. Su aspecto era de risa, llevaba unos calcetines subidos  hasta las rodillas de colorines, pantalón corto azul, una túnica atada con papel y sus piernas eran peludas y delgadas. Aunque su aspecto era muy cómico, “Malas Pintas” era uno de los hechiceros más poderosos de toda la Tierra, desde su castillo detectó la magia del libro y decidió ir a ver qué ocurría.

El mago era muy sagaz y mientras que Néstor atendía a Alima, este pensó << me convertiré en niño, me haré amigo de ellos y les arrebataré el libro mágico de una vez por todas.>>

-          Pachín pachán el gato desaparecerá…

De repente el gato desapareció entre la oscuridad.

Alima miró a Néstor algo sorprendida, pero no le dio más importancia. Ambos estaban muy atareados en atender la herida de su cara que ya comenzaba a cicatrizar. Los dragones se quedaron en su nueva cueva y los chicos volvieron a casa.


“Malas pintas” esperó al día siguiente y convertido en niño buscó a Néstor en el parque.

-          Hola. – Se presentó el mago. - Me han dicho que tú  conoces muy bien la ciudad, ¿me la puedes enseñar?

Néstor se sorprendió un poco por la actuación del chico y le respondió:

-          No… Lo siento, estoy demasiado ocupado y además no te conozco.

El hechicero se enfureció por momentos, sacó su varita mágica y dijo:

-          Pachín pachán, que este niño me enseñe su ciudad.

Inmediatamente Néstor cambió de idea empujado por la magia y le dijo:

-          Muy bien te enseñaré la ciudad, pero antes vamos a recoger a Alima, es mi mejor amiga.


Los dos chicos encantados por la magia del hechicero le enseñaron toda la ciudad. Cuando terminaron, el mago señalando el libro que Alima tenía en la mochila, le preguntó:

-          ¿Qué llevas ahí?

-          ¿Aquí? Pues.... la mochila… ¿no la ves?

-          Digo dentro so... – El hechicero algo irritado se contuvo y dijo. – Bueno, quería decir… ¿qué hay dentro de la mochila?


-          Tengo algo alucinante y  mágico es...... un bocadillo de chorizo y queso. 

Malas pintas perdió los estribos durante unos instantes. La magia se desvaneció y los chicos pudieron ver la verdadera cara del hechicero.

-          ¿Te gustan las bromas no? – Preguntó el mago.- Pero no me vais a engañar. ¡Dadme ese libro! No os pertenece, vosotros no sabéis como utilizarlo.

El hechicero lanzó un rayo mágico contra Alima, pero Néstor se interpuso en su camino y este  impactó en el cuerpo del chico, quedando tumbado en el suelo.

-          ¿O me das el libro o mataré a tu amigo? Decide rápido, no tengo todo el día.

Alima no sabía qué hacer, era consciente de que si le daba el libro al hechicero este podría usarlo para hacer el mal, pero por otro lado estaba Néstor.

Entonces Alima….

Autor: Iván Telo Salcedo.
Coautores: Tercer Ciclo.